jueves, 11 de diciembre de 2008

Permiso para hablar

El vivir en un lugar u otro, no determina muchas de las cosas que te pueden suceder. Creo que uno mismo es el que atrae los sucesos extraños, conocer personas raras o que el absurdo de lo que te rodea sea algo habitual en tu vida. Vivo en un lugar cerrado, me trato con muy poca gente, por lo que pienso que universos como Macondo, Obaba, no son tan ajenos a la realidad, sino que son mas que nada formas de vivir tu medio. Y todas estas reflexiones vienen al caso por un comentario que leí en la galería de flickr dónde cuelga las fotos Juan. Hay una a la que tituló "Octavia en el jardín de las piedras". No voy a contar cómo es la foto, porque si alguien tiene curiosidad que vaya desde el enlace que tengo en esta página. Lo que llama la atención, a parte de lo bonita que es la foto, es uno de los comentarios que hace una de las personas que la visita. "De Veras tienen un jardín de piedras? Como puedan crecer?" (la cita es literal, uséase, copiar y pegar) ¿ Lo preguntará en serio? De verdad, yo me estuve riendo un buen rato, no se si por el sentido del humor de esta persona o por la pregunta, por llamarla de alguna manera, absurda. ¿Qué puede pasar por esa cabeza para hacer una pregunta así? ¡Que a esa persona no la conocemos de nada! Que podemos imaginar que es una inocentona, por no decir otra cosa, porque pobre, alaba la foto y se preocupa de dejar una muestra de su agrado. ¿Cuantas veces aunque no sea de un modo tan evidente hacemos preguntas tan extrañas que hacen dudar de nuestras capacidades mentales? Dejarlas por escrito es otra historia, pero ese es el peligro de la inmediatez de internet. Se hacen grandes amigos desconocidos y se dicen las mayores tonterias sin que medie ni un instante. Tampoco hay que darle mayor importancia, todos metemos la pata alguna vez en la vida, aunque unos más y otros menos, claro. El que mucho habla hunde el pie hasta la garganta, debería decir un refrán, porque claro, las personas de lengua fácil dicen muchas cosas a lo largo del día y muchas de ellas aunténticas tonterías. Te salva que no quedan grabadas en una página dónde las puede ver cualquiera. Desde luego la vida sería complicada si todo lo que vivieras se pudiese ver en la web. Cuando nací, fui un bebé muy bonito, cuando aprendí a leer, el día de mi boda, los invitados y las ropas ochenteras que llevaban. Hasta ahí muy bien, pero que salga cuando te dejaron plantada en casa, esperando a que apareciese el amor de tu vida, o el día que te decidiste a cantar en público "bella sin alma", por las calles de Santiago a voz en grito de ganchete de una amiga de carrera, cuando la canción estaba ya pasadísima de moda, o aquella otra vez que en una boda hiciste un brindis y te confundes y en vez de decir el nombre del novio, tienes un lapsus y el nombre que sale de esa boquita pecadora es el del ex, que también estaba presente, que vamos, somos muy modernos y tenemos muy buen rollo, pero confundimos a los pobres invitados. Todo eso y más saldría en tu web, en el blog de tu vida. Pues no. Que yo estoy muy bien así, en mi vida en el anonimato y que no me da la gana, que no me voy a prestar a eso, por mucho que se empeñen los productores o lo que sean, mi vida no se va a exponer, aunque ahora que lo pienso ¿ Dónde se graban las vidas? ¿Quien tiene el dvd de la mía, coño, qué quiero grabarle encima una que me bajé del emule y es mucho más divertida?