martes, 26 de mayo de 2009

Aconteceres


La de cosas que me están pasando ultimamente, de verdad, ni que viviese en Nueva York. Ántes de nada decir que mi casa es una "casa tomada". Pero nosotros a diferencia de Cortázar, sabemos quien nos la tomó. La lora, que tiene por jaula un palacio, todo hay que decirlo, se apropió del cuarto de baño de nuestro dormitorio. Allí tiene su nido, los comederos y una jaula pequeña para las deposiciones. Pero es un espíritu aventurero y se dedica a explorar la bañera y todos los elementos del baño, es decir, a tirar todo lo que encuentra por el medio. Cuando nos trasladamos a esta casa, yo me valí del feng sui para ubicar cada objeto, útil o decorativo de necesidad o vano, pero todo estaba en su sitio exacto. Podía parecer absurdo a los neófitos, pero todo estaba muy pensado. Pero con la lora todo se vino abajo, en el sentido literal del término.Acabé por retirar casi todo de su alcance. Al principio pasaba unas horas en el baño, en plena libertad, para volar, andar o trepar. Pero desde la última vez que estuvo malita ya duerme allí también, porque sí, pobre, que le encanta pasar la noche en su nido. Que quede claro que el cuarto de baño es grande, luminoso y ventilado, con orientación al sur, por lo que es soleado. Lo de la distribución de la casa y el feng sui lo tuve más complicado, pero ese es otro tema, que me alargo y me pierdo, caramba. A lo que iba.Yo había mandado hacer en el baño un mesado para el lavabo y todas esas cosas, es decir, que si las colonias, jabones...todo eso que está en el baño, lo que usa todo el mundo y hay en todas las casas. Pues no, ahora no hay nada, porque la desgraciada o lo rompía o se lo comía. Por dos veces tuve que llamar al veterinario, una vez por una botella de colonia y otra por limpiacristales. En la parte de abajo tenía unas cajoneras bien monas de ikea y una cortina ad hoc en el medio. Por la cortina escalaba y le hacía agujeros y las cajoneras, de dos colores con sus tintes naturales, las va pelando. Tenía dos opciones. Confinar al loro en su jaula o hacer unas puertas, de cristal, por supuesto, ya que de madera tendrían el mismo final que aquel baul que tenía bajo la ventana al que le abrío un boquete, por el que accedió, a la botella de colonia. Tenía otra opción, retorcerle el pescuezo, porque ya sé que algún asesino lo estará pensando, pero no, eso queda descartado...de momento. Bien, pues eso, que encargo las puertas de cristal. Por dos veces especifiqué cuales deberían ser transparentes y cuales traslúcidas. Pues como es natural las trajeron confundidas. Como yo ahora soy otra y practico la asertividad, para nada me voy a quedar con ellas cambiadas, como hubiera hecho antes. Pero como al mismo tiempo me da no sé qué, busqué una solución intermedia y me quedaré con todas traslúcidas. La verdad es que así no se me verá la cajonera astillada. Pero otra vez me pasó lo que tenía que pasarme, es decir, un suceso extraño. Si dos señores vienen a colocarte unas puertas lo lógico es que coloquen las puertas y ya está. Pues no, aquí nunca sucede todo de forma sencilla. Me hicieron un interrogatorio pero en muchos grados, no sólo de tercero, que nunca entendí lo del tercer grado, que alguien me lo explique pues ahora no tengo ganas de ponerme a buscar, porque me lío y entonces no acabo más. Qué si de dónde éramos, a qué se dedicaba mi marido y de repente aquello se empezó a tornar surrealista. "Y esos retratos que hay por ahí, quien los pintó?" Me pregunta lleno de curiosidad. De repente recordé que en el sitio dónde estaba colocando el espejo, el día que vino a tomar las medidas había una estantería baja y un dibujo de un desnudo, un apunte a sanguina de un cuerpo si cabeza. Y antes de que hiciese la pregunta que me estaba temiendo, decidí hacer mutis por el foro y dejar de vigilar a semejantes espíritus curiosos. Yo creo que hice bien, lo de retirarme. Pero esto sucedió hoy, nada comparable con lo acontecido ayer. Un coche vivo, eso era mi Audi 90 de veinte años de edad. Que achacoso como está, de repente era como un brioso corcel o como un galgo joven dispuesto a correr los cien metros vallas, por lo menos. Pero pobre, claro la edad no perdona, que no fue capaz de saltar la valla y se tragó el portón de entrada, por aquí denominado cancelo, que cierra mi propiedad. Ya sé, que el freno de mano hay que ponerlo, sobre todo en cuesta, si dejas el coche abandonado, pero la edad tampoco me perdona a mi. Y ¿como se detiene tal fogosidad? Por supuesto no agarrándolo por el espejo, como traté de hacer yo. No sirvió de nada, ni por las ventanillas, ni por ningún sitio podía yo agarrarlo. Cuando saltaron las sujecciones del susodicho cancelo, pues no tuve más remedio que lanzarme a la deseperada, porque ya se iba a empotrar contra la fachada de la casa. Abrí la puerta y me lancé en plancha en el interior del coche y con un golpe certero conseguí subir el freno de mano. Y, ¿cómo le cuentas a tu pareja el desastre o a la del seguro, cuando sabes que nada va a cubrir semejante desfeita? Juan dice que me va a hacer una póliza de responsabilidad civil y la del seguro que nunca oyó una historia siniestrosa tal. Ah, por cierto, no, no soy yo, que quede clarito.

6 comentarios:

JM Beltrán dijo...

Ahora entiendo lo que decías que lo que se rompió no fue precisamente el coche. Ese coche es más duro que las piedras, los de ahora (sobre todo si no son tipo mercedes o audi) se habrían arrugado como un acordeón. A mi me pasó una cosa muyyy parecida con mi renault, pero tuve la suerte de que ya había abierto la puerta del garaje y no llegó a chocar, pero fue pero que muy parecido.

Lo de la lora. Ahora comprendo lo de los eletrodomésticos, la lora esa hace sabotaje. Echale bien en ojo que esos bichejos son peor que los gremlins XDD

Y perdona si tu relato me ha parecido divertido, no es que me regodee de las desgracias ajenas, es que lo cuentas con mucha gracia :)

Blaconcia dijo...

La lora se cargó un buen día el cable del deshumificador. Menos mal que estaba desenchufado. Y tuvimos una perra que se comía los marcos de las puertas...Una locura, así que un coche con vida propia no me sorprende nada :)

Caaal dijo...

@jm beltrán: ¿a que ahora te alegras de haberte unido a "desde el lado oscuro reclamamos que se cuente esta historia del coche en el blog"? ¿A que sí?

@blaconcia: todavía no entiendo que hayáis renunciado al baño del dormitorio por la lora. Es que es de contarlo y que no te crean... Y ese bicho lo que tiene es que llevaba muuuuuchos años sin experimentar por su confinamiento en la jaula; ahora se está resarciendo...

Blaconcia dijo...

A Caaal: es que no renunciamos, que manía. Cuando no está la abuela, nos duchamos en el otro porque tiene ducha y es más cómodo, no el bañerón del nuestro.

Starkie dijo...

No veo nada claro eso de que la lora os pueda echar de vuestro cuarto de baño...

Y que pena que no haya imagen de la tirada en plancha hacia el audi para tirar del freno de mano...digno de una peli del "Chuarche", seguro!

Blaconcia dijo...

La verdad es que es una pena, pero si llego a ir de taconazos y falda tubo, resultaría de lo más glamuroso y por supuesto, armada con las tenacillas del pelo de Annie.